Martes 29 de junio. Día marcado en rojo en el calendario porque juega la roja. Se disputa una plaza en los cuartos de final, esta vez contra una selección de las peligrosas. Nada menos que la Portugal de cristianito Ronaldo y de varios jugadores de sobra conocidos en la liga española. Ya habían jugado las demás y para el final quedaba ver uno de los cruces más igualados. Yo me había preparado para la ocasión, había quedado con paquito, con quien el día anterior había estado viendo a la siempre favorita Brasil. Paco es un amigo que siempre está ahí, había acabado los exámenes y me propuso ver el partido en su casa. Sus argumentos eran irrebatibles.
_ “Pues podríamos comprar una birras o unos bricks de sangría y ver el partido en mi casa”
_ A lo que respondí: “¡Hostia pues si! Además con el proyector que te has pillado se tiene que ver de puta madre. ¡Hecho!, mañana a tu casa. Prometo no crear un evento en el facebook para que venga toda la peña.”
Este diálogo aproximación de la realidad forjo el compromiso y llegó la hora del partido. Sacamos la botellita de Don simón y nos dispusimos a ver a lo grande el esperado partido.
No voy a hacer una extensa crónica del partido sobre cada una de las jugadas, pero si daré mi impresión sobre lo que se pudo ver ayer en el estadio Green Point de Ciudad del Cabo.
Todo empezó como queríamos, España salió con las ganas necesarias para un choque de estas características. Se adueñó de la pelota y pronto creamos las primeras ocasiones con buenos disparos a puerta de Villa y Torres que el acertado portero Eduardo se encargó de desbaratar.
En un mes en que las noticias de nuestro valencia no hacen sino desilusionarnos cada día más. Donde las pocas alegrías que tenemos son los goles de Villa en la selección, cosa que a un servidor como a tantos otros le repatea mucho, porque nos recuerda que hemos perdido a uno de los pocos futbolistas por los que vale la pena seguir este deporte.
Y en un mes en el que los árbitros y las federaciones siguen siendo una lacra para el espectáculo.
Me repatea que haya mandatarios que sigan empecinándose en no poner soluciones en los errores arbitrales. La tecnología se implanta en todas las facetas de nuestra vida, pero parece que no tiene cabida en un deporte que mueve miles de millones de euros todos los años.
Yo me pregunto ¿a quién interesará que una jugada dudosa no pueda ser revisada dos segundos después de producirse? No se tardaría más que la simple consulta actual entre los distintos árbitros y seguro que se tomaría una mejor decisión.
Podría rebatir cada una de las siete chorradas de la FIFA, que he leído en la prensa y que tratan de justificar la negación de las nuevas tecnologías en el fútbol. Pero no quiero hacer de esto un monólogo justo el día antes del España – Portugal.
Volviendo al tema valencianista, lo que me ha sorprendido gratamente esta semana ha sido una de esas noticias que a muchos les parecerá un simple titular para rellenar hojas de periódicos.
Pude leer en la versión digital de superdeporte como fotografiaron al mítico cantante Bon Jovi haciendo footing con la camiseta de nuestro Valencia.
Al parecer, se la había regalado hace unos días, un valencianista fan del grupo que había acudido a Londres para asistir a varios de los conciertos que la banda de Jersey ofrecía en el estadio O2 Arena.
Y como este es mi blog y soy gran seguidor de la banda desde hace mucho, me alegré mucho al ver al simpático Jon Bon Jovi con nuestra camiseta haciendo valencianismo.
Esta es la única noticia agradable que he tenido de mi equipo durante muchos días. Ojala más valencianos se pudieran llevar mi reconocimiento como valencianista del mes pero yo se lo otorgo a este gran cantante y al chaval o chavales que consiguieron regalarle la camiseta.
El próximo mes veremos quién será el que más se merece el guardón de valencianista del mes.
¡Señores! No puedo evitarlo. El mundial me cambia la vida. Ayer me desperté y ya estaba pensando en lo que me depararía el día: por la mañana al curro. A las 2 a casita a comer, rápidamente, pues tenía partida de frontón a las 5 en el poli. Hacía meses que no tocaba la raqueta y estaba algo ansioso. Pero lo que no se me iba de la mente era esa cita. Sería a las 8 y media exactas y esta vez no habían retrasos posibles.
El día se centraba alrededor de un partido. La primera final de la selección en el mundial de Suráfrica. El contrincante: Chile. Para mí, el más difícil del grupo con diferencia. En el papel partíamos como favoritos, pero en la realidad había miedo. Teníamos que ganar o esperar carambolas con suiza y honduras.
Suiza nos enseñó lo que puede pasar si te confías, aunque es verdad que tuvimos mala suerte, pero por eso había que salir con mucha intensidad.
Ya de camino a casa, con prisas para no perderme el pitido inicial, veo en el bar que estaban sonando ya los himnos. Y ya en mi sofá frente al televisor, le advierto a mi padre. “¡Acuérdate que hoy somos los azules!”. Así que la furia roja la llevábamos por dentro esta vez.
Los primeros minutos estuvimos bien, pero enseguida empezamos a perder el balón, Chile como me temía había salido con ganas. Estaban muy metidos en el partido y le imprimían una marcha más que nosotros. De esta manera, bien pudimos haber encajado el primer gol de las botas del chileno Marc González.
Ellos jugaban duro, corrían y presionaban más. Y España había perdido el control en el juego. Y entonces ocurrió algo. Minuto 24: Se produce una contra de España en el que el portero chileno despeja el balón que no pudo controlar Torres. La pelota llega a Villa, y este no se lo piensa y lanza un zurdazo desde 40 metros sin controlar el balón y consigue uno de sus ya conocidos golazos.
El gol del pichichi español cambio la trayectoria del partido y aunque ellos tuvieron otra ocasión poco después del golazo de Villa, España se hizo más con la pelota y así vino el segundo gol, con Iniesta como protagonista que colocó a la izquierda del portero un balón cedido por Villa para establecer un tranquilizante 0-2 a nuestro favor.
La jugada dio como resultado la expulsión del chileno Estrada por doble amarilla. Lo que no facilitó el dominio del balón. Con este resultado y con un mayor dominio en el centro del campo de España se llegó al descanso.
En la reanudación, pudimos ver de nuevo como Chile no se rendía y su seleccionador Marcelo Bielsa introdujo dos cambios, consumiendo así, los pocos cartuchos que le quedaban en la recamara.
Su ímpetu tuvo premio y el recién entrado al campo Millar recogió un balón suelto en la frontal del area y disparó, con la fortuna de que el esférico reboto en Piqué, despisto a Casillas y se introdujo en la portería acortando la ventaja de España en el marcador.
Del Bosque reaccionó pronto dando entrada a Cesc en detrimento de Torres, quien no estuvo muy acertado tampoco en este partido. El centrocampista del arsenal dio más posesión al equipo y se pudo ver los mejores minutos de España.
En el conjunto chileno empezaban a flaquear las fuerzas y el partido fue languideciendo lentamente. Los dos equipos parecían conformarse con el resultado ya que servía para que ambos se clasificaran. Y así pudimos ver que ninguno de los dos quería arriesgar otro gol en su contra.
Los últimos minutos del partido fueron un eterno rondo de los jugadores de España que no quisieron intentar ampliar el marcador y todos los jugadores chilenos metidos atrás renunciando a la presión que habían ejercido minutos antes.
Se consiguió la victoria sin gran fútbol, pero se clasificaron los equipos que más se lo merecían. Ahora jugaremos contra Portugal en octavos en un partido en el que no caben las contemplaciones. En el que los 90 minutos más el descuento tendremos que dar el 100 % y donde se verá realmente el juego que puede desplegar cada selección.
El verdadero mundial empieza ahora, Todo son finales. Todos van a muerte. Y en la mente solo tienen el deseo de ganar. Veo muchas ganas en la gente de conseguir algo grande por fin y ojala estemos acertados y los jugadores rindan como lo han hecho hasta ahora.
Ayer solo habíamos pasado la primera fase pero el ambiente en la calle era de celebración. El martes el país se volverá a parar a la misma hora que ayer con la esperanza de ver a los hombres de Del bosque vencer a los del país vecino.
Tengo curiosidad por saber el once que saldrá de inicio. ¿Hará algún cambio en defensa?, ¿se apostará por el mismo tridente en el centro del campo o entrará un Cesc o un Silva en el lugar de uno de ellos? ¿Jugará con dos delanteros o se inclinará por un juego por bandas?
Estaremos pendientes. Pero pase lo que pase. ¡¡¡Ánimo a España!!!
La semana mundialista se despertaba con la sorprendente goleada de Portugal ante Corea del norte por 7-0 y nos dejaba la victoria por la mínima de Chile contra Suiza.
Esta vez fue Chile quien se llevó el gato al agua y pudo batir la portería helvética para conseguir su segunda victoria y situarse como líder provisional del grupo con 6 puntos.
Pero el país estaba concentrado en lo que ocurriría más tarde. Estaba pendiente de la reacción de la Roja después del tempranero tropiezo contra los suizos. Había ganas de ver goles y de ver el juego al que nos está acostumbrando la selección durante su última etapa.
Esta vez el marcador hizo justicia con el fútbol desplegado por los nuestros y se consiguió la primera de las dos victorias que se necesitan para pasar a octavos.
Celebración de los jugadores a la conclusión del partido
España afrontó el partido con la intensidad que se esperaba y no tardó en empezar a crear oportunidades. Se apostó esta vez por dar entrada de inicio a Navas y Torres en lugar de Silva y Iniesta. Con esto se pretendía un mayor poderío en ataque y aumentar las posibilidades de remate en los últimos metros.
He de decir que no me gustó ninguno de los dos. Navas estuvo insistente, como de costumbre, pero lo peor es que insistió también en sus errores. Centros y más centros y todos igual de desafortunados. Torres siguió evidenciando el poco ritmo de juego que tiene después de su lesión y tampoco estuvo acertado en las ocasiones de las que dispuso.
Torres lamentando una ocasión fallada
Navas en una de sus carreras
Sin embargo me gustó mucho Sergio Busquets. Tenía dudas de que tuviera que ser uno de los elegidos para el mundial, teniendo en cuenta que Xabi Alonso se había hecho con un meritorio puesto en el centro junto al otro Xavi. Pero tengo que confesar que se ha ganado mi respeto después de su gran actuación ayer con un dominio y control del balón exquisitos.
Incluso me atrevería a decir que fue el mejor de los del medio, quizás debido también a la carga de partidos que acumulan muchos de los jugadores que han viajado a tierras de Sudáfrica.
Como valencianista preferiría dar más protagonismo a Mata y como crítico de la alineación apostaría más por Cesc en el centro, dejando descansar a un Xavi, pero son meros apuntes con ánimo constructivo.
Mata apunto de entrar al campo
Y si tenemos que hablar de un hombre en concreto, nadie dudará de que ayer Villa se volvió a consagrar en este equipo, con uno de sus mejores partidos disputados con la Roja. Hizo todo lo que pudo y casi todo le salió. Marco los dos goles del partido, falló un penalti y estrelló otro balón al larguero que de acertar hubieran supuesto como mínimo el Hat trick para el asturiano.
Villa celebrando un gol
Esto es solo el principio. Estamos obligados a ganar a Chile o empatar y esperar que Suecia pierda contra Honduras, lo que sería poco probable.
Así que el viernes toca salir a morder, a jugar de la manera que se jugó ayer pero con más acierto. Ya que España es capaz de ello.
La clave puede estar en saber dosificar las fuerzas que les quedan a estos futbolistas, que llevan toda una temporada jugando al máximo nivel. Así que habrá que jugar con la baza del banquillo. Aprovechar que si bien otras selecciones son muy parejas en cuanto a la calidad de su equipo titular, pocas nos ganaran en calidad de los hombres de recambio.
Banquillo de lujo contra Honduras
Ese fue el principal fallo en la Confederaciones y ahora debemos aprender de nuestros errores y pase lo que pase seguir creyendo que podemos lograr el sueño de ganar la copa. Pero tendrá que ser paso a paso y dejándolo todo en el campo.
Habían jugado ya todos los favoritos al título, pero faltaba el gran esperado, el combinado nacional, entrenado por Vicente del Bosque. No había alma futbolera en España que no esperara este momento. Una vez más, el país se paraliza para seguir los pasos de la roja en tierras africanas.
Cada uno de los futboleros estábamos esperando en el sofá de casa desde que terminamos de comer, para ver las diferencias entre el juego español y el que habíamos podido ver de las otras selecciones candidatas. Creíamos con ilusión que empezaríamos mejor que nuestros rivales en la lucha por la copa de campeones. Y lo hacíamos con conocimiento de causa. Pues no en vano, este equipo llevaba mucho tiempo sin perder un solo encuentro. Y no solo contra equipos débiles. Esta España, había conseguido doblegar a muchas de las favoritas presentes en el torneo futbolístico por excelencia.
Llega el momento, suenan los himnos y las ganas de ver goles se mascan en el ambiente.
Tras el pitido inicial, el juego empezó siguiendo el guión previsto, España dueña de la pelota y el equipo suizo muy replegado y ordenado defensivamente.
Durante los primeros minutos se vio al equipo que más toca el balón del mundial sin duda y como en otras ocasiones era un monologo de juego español.
Pero ahora viene entrar en la parte negativa. Del bosque alineo un centro del campo con mucho control del balón pero demasiado conservador.Dispuso a dos hombres de corte defensivo como son Xabi Alonso y busquets, y esto se notaba en la falta de conexiones a los puntas de arriba, entre los que se encontraba un Villa con su habitual ímpetu, pero totalmente inutilizado por la defensa contraria.
Tampoco se opto por jugadores específicos de banda y de esta forma silva e Iniesta eran los encargados de cubrir el lado izquierdo y el derecho y de inventar las jugadas que crearan ocasiones de gol.
Fue pasando el tiempo y España gozó de la primera ocasión clarísima de gol de las botas de Piqué, que con un recorte al más puro estilo “killer” del área ,estuvo apunto de inaugurar el marcador gracias a un potente disparo que detuvo con algo de suerte el cancerbero suizo.
Todo seguía igual. España atacaba, movía el balón de una banda a la otra, pero no se producían desbordes claros que ocasionaran remates de peligro internadas en el área rival. Se abusaba del pase en estático y no habían movimientos de desmarque que abrieran huecos en la defensa contraria.
Los balones de último pase se estrellaban una y otra vez contra la zaga del equipo suizo. Las posibilidades de peligro se reducían a alguna jugada personal de Iniesta y algún compañero más o en lanzamientos de corner que no se manifestaban en remates certeros de cara a gol.
Así se llegó al descanso y a la segunda mitad con la que todo empezó de la misma manera que en la primera parte.
Continuó el control de la pelota y todo proseguía igual hasta que un error en la defensa con pique, Pujol y Casillas como protagonistas fue aprovechado con mucha fortuna por el delantero helvético Fernándes para adelantarse en el marcador.
El gol encajado fue como un jarro de agua fría tanto para los jugadores como para la afición y visto el poco resultado de nuestro juego, el seleccionador planteó un doble cambio en el que entró Torres y Navas en sustitución de Silva y Busquets.
Se nos quedó a todos cara de tonto, esto recordaba al partido contra Estados unidos en la confederaciones. Pero teníamos esperanza en la remontada.
Así que volvimos a la carga, esta vez con dos delanteros y con Navas como extremo izquierdo. El sevillano demostró su gran estado de forma subiendo una y otra vez por la banda, pero sus centros no daban fruto. Y tampoco los chuts a bocajarro que se sacó de la manga, consiguieron atravesar la línea de meta.
Torres también tuvo sus opciones, pero no llegaron a buen puerto debido a sus malos controles al recibir la pelota. No era el día de marcar. Como último recambio se utilizó a Pedro Rodríguez que salió al campo para cubrir la baja de Iniesta, que tuvo que ser sustituido por molestias físicas. Pero tampoco hubo éxito por esta banda izquierda.
Aún y con todo, España gozó de varias llegadas de peligro dejando como oportunidad más clara un tremendo disparo de Xabi Alonso desde fuera del área, que el destino quiso que se estrellará contra el larguero cuando el portero ya no tenía posibilidad de atrapar el balón.
Y así fue muriendo el partido, y consumiéndose los minutos con un asedio constante de los hombres de rojo hacia la portería rival. Suiza gozó de una oportunidad más, propiciada por otro despiste en la defensa española, seguramente debido a la desesperación por no encontrar portería.
El encuentro concluyó y España acabó la jornada clasificada provisionalmente en la última posición de su grupo. Un desenlace inesperado para las ilusiones que se habían depositado en nuestros internacionales.
Es hora, por tanto, de reflexionar sobre los errores cometidos para corregirlos de cara a los dos próximos partidos. Debemos ganar los dos que quedan para clasificarnos para los octavos de final. Sabemos que se puede lograr y los jugadores tienen que creer en sus posibilidades y no desanimarse en el primer duelo perdido.
Esta derrota ha encendido ya críticas de un sector de la afición, que tilda a los jugadores de prepotentes y de menosprecio a los rivales. Otros culpan directamente a la prensa por crear falsas esperanzas y vender el favoritismo de España en el Mundial.
No creo que los jugadores hayan faltado el respeto a nadie. Se han limitado a dar ilusión a la gente, afirmando que solo tenían en mente ganar. Algo que cualquier aspirante tiene en la cabeza siempre.
Quizás falle una cosa. El gran papel desempeñado por nuestra selección contra los contrincantes a los que se enfrentaba, ha creado una atmósfera de presión por ganar ,que no favorece la tranquilidad y la calma en el juego.
Será necesario sobreponerse a la presión y sobretodo salir al siguiente partido con la intensidad que pueden demostrar todos y cada uno de los componentes que defienden los colores de España.
Estamos ante un torneo corto, en el que lo importante es tener fe en que el mérito de el buen juego y la calidad que expone a menudo este gran grupo de futbolistas, logre cosechar por fin el éxito merecido durante tanto tiempo.
No paran las noticias en el mundo del fútbol y este año tampoco en Valencia.
Como últimas novedades tenemos el nuevo fichaje del Valencia cf, Roberto Soldado, que llega del Getafe como segundo pichichi nacional, con 16 goles anotados en la última campaña, después de nuestro querido David Villa. Él será el hombre encargado de sustituirle, por lo que no lo tendrá fácil para contentar a la afición. Sus números no son malos y no veo con malos ojos que forme parte del equipo. Solo falta que demuestre su valía en el terreno de juego y se haga rápido un hueco en este gran equipo.
Ya se comentaron en el anterior post las principales novedades de la actualidad valencianista. No obstante, el ritmo de acontecimientos es alto y en los últimos días nos hemos podido enterar de una última salida del club, la del preparador físico Paco Ayestarán, quien según he podido leer, se marcha para probar suerte en otro equipo, y esta vez, como entrenador. Según la prensa varios equipos podían estar interesados en sus servicios
Para cerrar los titulares valencianistas, tenemos como último episodio de enfrentamiento verbal, el cruce de declaraciones al más puro estilo de programa del corazón, entre el recién destituido Fernando Gómez Colomer y el vicepresidente del Valencia Javier Gómez.
Al primero no le sentó demasiado bien su repentino despido (y con razón) y en una rueda de prensa arremetió contra Llorente afirmando a que su destitución era algo personal y no por motivos económicos como se había anunciado desde el Club.
No tardó Javier en contraatacar a las órdenes del señor Llorente defendiendo los argumentos económicos y acusando además al ex director deportivo de falta de implicación y de no cumplir las funciones propias de su responsabilidad y remuneración a la vez de tacharlo de mentiroso.
En fin. La polémica está servida, cada uno se formará su opinión al respecto y el tiempo dará o quitara razones.
Como comentaba hace poco, el verano viene cargado de sorpresas, y si a esto le sumamos los constantes rumores sobre las posibles salidas de Silva y Mata y la necesidad de cubrir puestos como los de mediocentro o el de lateral derecho en el caso de que se prescindiera de Miguel, lo normal es que tengamos unas vacaciones bastantes movidas.
Por otra parte acaba de arrancar el esperado Mundial y es posible que se produzca una tregua mientras dure el campeonato, en la que el protagonista será el fútbol que despliegue el combinado de la selección española.
La roja ha despertado muchas esperanzas entre los apasionados del futbol en este país y además tenemos el atractivo de ver jugar a hombres que visten la camiseta del valencia o que la vestían hasta hace bien poco. Silva, Mata, Marchena y el recién fichado por el Barcelona David Villa serán un motivo más para seguir los partidos del mundial en Sudáfrica.
En los últimos años la selección ha estado dando un excelente nivel de juego, hecho que se vio reflejado hace dos años en Alemania, con la consecución de la Eurocopa y que ahora se espera culminar ganando la ansiada copa del mundo.
Muchos jugadores del valencia han tenido un papel protagonista tanto en la Eurocopa como en la fase de clasificación para el mundial.
Pero no es mi intención destacar la labor de los valencianistas por encima del resto, ya que lo que ha hecho que este equipo crezca y mejore sus posibilidades de éxito es un cambio en la mentalidad. Y me refiero a que ahora parece que ha desaparecido la rivalidad entre jugadores de distintos equipos y se ha hecho una piña en el vestuario.
Cuando juega la selección se dejan los piques de la liga y se unen las fuerzas para remar todos en una misma dirección, pareciéndonos más a países con más sentimiento de selección como Argentina, Francia o Italia entre otros.
Esto se está trasladando también a la afición, la cual está más unida que nunca y con unas ganas locas de quedar campeones.
No se puede decir que el verano haya empezado tranquilo en el panorama valencianista. Hay una buena noticia. El año que viene jugaremos Champions. Algo a lo que un club de nuestra categoría debería estar poco menos que obligado a disputar cada año.
Sin embargo todo lo demás están siendo noticias malas, desilusionantes e incluso llegan a provocar la vergüenza en la gran mayoría de la afición. Y es que los señores dirigentes, encabezados por Manuel Llorente, están tomando unas decisiones que no satisfacen a nadie.
Todo empezó con la no renovación de Baraja, un caso que cuestiones deportivas a parte ha sido todo un ejemplo de cómo no hay que actuar hacia un gran profesional que lo ha dado todo por el club durante nada menos que una década.
Y es que recordemos que el jugador se enteró por la prensa de que no iba a renovar para la siguiente temporada, algo que no agradó a Pipo ni a muchos de los aficionados, que más allá de estar acuerdo o no con la decisión deportiva, no compartían las formas tan poco humanas de llevar a cabo el caso.
Cuando aún no nos habíamos repuesto de esta despedida, vino el traspaso de Villa. Nuestro gran crack. Un jugador por el que medio mundo suspira y que aludiendo a la mala situación financiera ha sido malvendido por la cantidad más baja de las que se habían estado barajando en los chascarrillos de la prensa. Esto desilusionó a la mayoría de la afición. ¿Era algo que se esperaba? Si. Pero no se puede justificar la venta por necesidad económica y después venderlo al precio más bajo.
Pero aún hay más, mucho más. Por si alguien era de la opinión de, que sin Villa, Zigic lo tenía todo a favor para ser titular en este equipo a partir de ahora. Visto además que se lo ha estado ganando a base de esfuerzo y goles, que se quite la idea de la cabeza. Ya que a la primera oferta real que llegó por el gigantón, no se dudó un instante ni en esperar a que se disputara el mundial de cara a una posible revalorización. Sino que se zanjó el traspaso con apremio por la módica cantidad de 7 milloncitos más a la saca.
Alguien podría estar haciendo cálculos ya, mientras lee y pensando en que con tantas ventas, ampliaciones de capital, contratos de publicidad en camisetas y derechos de imagen, etc. Esa saca de la que hablo, pudiera estar bastante recuperada. Pero sin embargo, parece ser que esa saca tiene algún agujero en el fondo y todo lo que entra se va perdiendo a la vez.
Según lo visto, no se descartan más ventas y no hay nadie intransferible en la plantilla. Eso sí, el nuevo estadio lleva un año parado y no se prevé una próxima reanudación de las obras.
Y ahora para añadir más incertidumbre al futuro del equipo se confirma la destitución del directivo deportivo de la entidad, Fernando Colomer, al que se le presuponía como máximo responsable en la confección de la plantilla valencianista para la próxima campaña.
Y después de todo esto, un humilde valencianista se pregunta: ¿Qué será lo próximo? Uno se espera de todo y nada bueno si se observan los acontecimientos hasta la fecha. No se descartan pues, más ventas ridículas de nuestros grandes jugadores y activos del club o para contrarrestar, algún fichaje de uno de los hombres que suenan como Roberto Soldado, Aduriz o algún que otro de nombre desconocido para mí.
No seré yo quien tenga más fe en jugadores con nombre o llamados “estrellas” que en gente humilde y con ganas de comerse el mundo. Pero no se puede conseguir que los señores de la bufanda que llenan el campo cada domingo, se ilusionen con la marcha de auténticos ídolos de los últimos años y con la única promesa de traer jugadores de los que suenan desde hace tiempo y ni entonces llamaban demasiado la atención.
De hecho si se quiere hacer constar la mala situación monetaria vería con mejores ojos que se tirara más de cantera y menos de jugadores promesa de ligas extranjeras que han demostrado demasiadas veces ser poco rentables.
En fin señores. El verano no ha hecho más que empezar y ya tenemos más noticias que en muchos de los veranos anteriores enteritos.
Seguiremos a la expectativa y prometo en el siguiente post transmitir argumentos para no perder la ilusión del fútbol en la próxima temporada.
Último domingo de liga. El valencia se enfrenta al Tenerife en un partido intrascendente para los de Mestalla. Pero este partido no se recordará nunca por lo deportivo. Hoy el protagonista no es el fútbol. Hoy toca homenajear al Pipo con nuestros mejores honores. La afición se prepara para despedir con aplausos y cánticos al hombre que luciendo el 8 en su camiseta ha representado los colores de nuestro Valencia por los mejores estadios de Europa durante los últimos 10 años.
Echando la vista atrás, la historia viva del equipo no se entiende sin él. En la memoria queda la celebración de dos ligas, una copa del rey, una copa de la UEFA y una supercopa de Europa. Se podrían escribir muchas líneas y muchas palabras de agradecimiento para este gran futbolista y quizás nos quedáramos cortos.
En el terreno de juego, ha demostrado ser uno de los mejores jugadores del mundo en su posición, la de mediocentro organizador. Durante su trayectoria en el Valencia, muchos han sido los hombres fichados con el propósito de sustituirle. Pero ninguno de los encargados de cubrir su puesto, han podido hacer sombra a este gigante del fútbol.
Su visión de juego, la calidad conduciendo el balón, los pases certeros desde 50 metros, los disparos potentes de media distancia, su eficaz remate de cabeza y sobre todo: el saber medir el tiempo de cada partido. Saber cuándo hay que parar la pelota, cuando darle velocidad o cuando conducir el balón y abrir espacios que puedan ser aprovechados por los delanteros.
Aspectos técnicos del fútbol, que Rubén “el Pipo” Baraja los domina a la perfección. Cuando Baraja está en el campo, no corre el jugador. Lo hace la pelota. Cuando él juega, el equipo juega bien. En pocas palabras se podría decir que reúne todos los condicionantes para calificarlo como un jugador con clase, y por supuesto un jugador de CLUB.
Y destaco esto porque jugadores como él, son los que necesita un equipo si quiere ser grande y optar a ser campeón en todo. En su andadura como valencianista, no solo ha dado muestras de tener un enorme talento en el trato de la pelota, sino que además, ha sabido gobernar al equipo para conseguir los importantes títulos que ha ganado el Valencia en la última década. Es de los jugadores con espíritu ganador, que en los grandes momentos da la cara, que no se arruga y que transmite ese ánimo al resto de la plantilla, para creer en que siempre se puede ganar, o que al menos hay que luchar hasta el final.
Sin hacer una larga biografía de su figura como profesional, no quisiera terminar mi pequeño homenaje, sin señalar dos puntos importantes de su última etapa valencianista. Un par de detalles clave, que hicieron darme cuenta de lo que significa ser un gran jugador.
Uno de los puntos clave tuvo lugar en la temporada 2007/2008 con koeman como entrenador. Fue un año muy delicado para la entidad y aunque todo terminó sin grandes consecuencias, no fue todo gracias al destino. Baraja y unos pocos más se colgaron el equipo a la espalda y dieron el callo en los últimos partidos de liga, evitando lo que pudiera haber sido un desastroso descenso de categoría.
Ahí estaba Pipo, y también estuvo en Madrid, en el Calderón, para alzar la Copa del rey. Posiblemente en uno de los años que menos se esperaba.
El segundo punto que destacaré es su actuación de esta última temporada, en la que este gran profesional, aún sabiendo casi con certeza que no se contaba con él para la siguiente campaña y con las pocas oportunidades que ha dispuesto para jugar se ha rebelado contra todos aquellos que ya lo veían muerto e inservible deportivamente, demostrando una vez más lo que es dominar un partido y darle sentido al juego capitaneando un equipo.
Digo esto porque he oído decir este año de los labios de algún periodista con poco raciocinio palabras como: “este fin de semana Baraja tendrá otra oportunidad para reivindicarse” y yo pensaba. Un jugador con su veteranía ¿qué le falta por demostrar y qué tiene que reivindicar que no lo haya hecho ya?
En fin señores. El partido contra el Tenerife fue el último en el que pudimos disfrutar de Baraja vistiendo los colores blanquinegros. Pero como bien demostró la afición esa tarde, si fuera por nosotros, seguiría siendo nuestro capitán hasta que las fuerzas le flaqueasen y otro valiente marinero pudiera ocupar su puesto llevando el timón del equipo.
Lástima que donde haya patrón no mande marinero y que la decisión de nuestro presidente (poco o nada respaldada por la opinión de la calle y la de muchos entendidos de este deporte) nos haya privado a los amantes del buen juego, de seguir disfrutando del fútbol que brinda uno de los mejores jugadores que han pisado el santuario de Mestalla.
A partir de aquí se convertirá en un jugador más de leyenda: Claramunt, Puchades, Kempes, Piojo y ahora Baraja. Muchos como yo le deseamos que triunfe allá donde vaya y que ojala pueda seguir practicando el fútbol unos añitos más. Y como final acabaré con la frase que más ha calado en la afición y con la que siempre le recordaremos. Cuando llega la noche, yo soy Baraja.
Bienvenidos a este, mi blog, en el que escribiré sobre la actualidad futbolística y en particular sobre todo lo referido al Valencia C.F. En primer lugar y antes de profundizar en ningún tema en concreto, siento la necesidad de transmitir en palabras todos aquellos aspectos que me atraen del fútbol y en especial del equipo del cual me siento identificado.
Del fútbol se puede hablar mucho y todo el mundo tiene su opinión. Estamos en España y aquí todo el mundo entiende de todo; de política, economía y como no del deporte rey. Yo por tanto me limitaré a dar mi humilde opinión de las cosas y no tiene porque entenderse como la única verdad.
Desde que descubrí el mundo del fútbol viendo un partido que puso mi abuelo en la tele, ya no he podido dejar de seguir este deporte que tantas alegrías y penas me ha hecho pasar. No recuerdo bien la edad que tenía, pero no debía ser demasiado pequeño, ya que la afición no me viene de padre como a otra mucha gente. De todas formas la edad es irrelevante, ya que es con el paso del tiempo con el que se va adquiriendo un sentimiento especial en esto del mundo del fútbol y de ser del Valencia. Llegados hasta aquí, viene el momento de plantearnos el porqué nos gusta el fútbol. Cuáles son las cosas que nos apasionan y cuáles son las que odiamos. Por supuesto cada lector tendrá sus razones así que yo describiré mis argumentos al respecto.
Si vemos el fútbol racionalmente, es muy posible, que pensemos que es una auténtica pérdida de tiempo ver la mayoría de los partidos o seguir exclusivamente a un determinado equipo. Los jugadores cobran un pastón con el que cualquier mortal solo puede soñar. Los presidentes juegan con su equipo y con las emociones de los aficionados, pensando casi siempre en el dinero. Cada vez hay más futbolistas que solo de verlos pasearse en el campo te dan ganas de dejar de ver el partido. Es cierto que muchos de ellos solo piensan en la pasta y se ríen del amor a unos colores y también que muchos de ellos parece que su vocación sea el teatro y cuando algún contrario les toca se desmayan inmediatamente en el césped. Sin embargo todos nosotros sabemos que hay razones que solo puede entender el corazón. Incluso los menos futboleros que conozco me han confesado alguna vez que se han emocionado viendo algún partido importante como puede ser una final de la Eurocopa o de la Champions por poner un ejemplo.
Y qué tiene el fútbol que es capaz de influenciar en la vida de tanta gente. El fútbol en sí es un estado de ánimo. Marcar un solo gol puede cambiar de repente el transcurso de un partido que hasta ese momento parecía totalmente perdido. Los jugadores reciben inmediatamente la ovación de miles de aficionados que se levantan al unísono celebrando juntos el ansiado gol. Esto provoca una sobredosis de moral en los jugadores y por contra, lanza una pequeña desesperanza para el equipo rival. Para muestra, solo hay que recordar algunas remontadas famosas que no mencionaré para no extenderme.
No se extrañará nadie si digo que cuando el Valencia gana el partido de liga del fin de semana, nos levantamos con mejor humor al día siguiente. El lunes, seguimos yendo a trabajar, o a estudiar. O como manda la situación, a la cola del paro, pero lo hacemos con otro ánimo, yo al menos me siento más contento.
Los miles de personas que van al estadio a ver a su equipo, los vecinos que se reúnen en un bar, los peñistas que acuden a su local o los colegas que quedan en una casa para ver el partido de su equipo. Todos ellos, producen una atmósfera única, en la que se transmite una energía positiva para conseguir un mismo objetivo, la victoria.
Y eso señores es la magia del fútbol, lo realmente admirable de este deporte. Es capaz de hacer que gente de distinta clase social, con intereses diferentes, y de cualquier edad, religión o sexo compartan el mismo fin de ver ganar a su equipo. Y aquí desaparecen las diferencias entre las personas. La pelota traspasa la línea de meta y todos levantan las manos gritando a la vez: Goooooool!!!!
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